lunes, 1 de marzo de 2010

Basta...


¿Cuándo fue que dejé de buscarte? ¿Cuándo fue que esta soledad dejo de doler? Me obligaste a arrancarte de mi piel. Quede herida y sola buscando paz. Estoy cansada de creerme traicionada. No quiero sufrir por tus mentiras, No vale la pena arriesgar mi corazón con vos. Debería alegrarme por tus manos acariciando mi cara. Pero me quema tu presencia, me lastima. Quise abrazarme a tu sombra. La oscuridad de mi alma perdida nublaba mi vista. Creía encontrarte en lugares inusuales. No podía desprenderme de tus cosas. Lentamente aprendí a crecer, a pesar de mis intentos por no hacerlo. Siempre calculé mal la intensidad con la que me besabas. Me confundiste con tus palabras complejas. Quizá debería haberme quedado en casa, pero necesité salir. Hubo un tiempo en que no volví a sentirme sola. A veces es cierto, que aunque nada salga bien, lo importante es estar juntos. Creo que aún no lo entendiste, siempre tan racional. Es lindo saberse pensada, amada. Nunca aprendiste a amarme. Nunca supiste acariciarme el alma. Necesitaba creerte pero nunca fuiste confiable. Tal vez vuelva a encontrarte pero ya nada podrá ser igual. Es bueno ya no necesitarte.

6 comentarios:

  1. Viste?Pese a todo el amor del mundo, cuando se abre una puerta y vuelven esas alas... la necesidad solo es una molestia a la noche, un estorbo en algunas situaciones.. y algún dia, solo una palabra..

    ResponderEliminar
  2. Cuando tenes gente al rededor qur te da fuerza... todo es mas facil.
    Me explico? Cuando una amiga es capaz de matar una cucaracha por mi... significa que todo va a estar mejor!
    Te quiero!

    ResponderEliminar
  3. te dije alguna vez que me encantan las imagenes que pones, ademas de los textos que siempre me gustaron.

    ResponderEliminar
  4. PD: ahora la cosa viene mejor aunque todavia se ve que le falta hallarse comoda con el marco, pero bueno le subo la nota n.n

    ResponderEliminar
  5. Me pusí colorada... gracias...

    Los marcos nunca fueron para mi, lo supe desde siempre.

    ResponderEliminar
  6. Me hicistes recordar aquello de...

    ¿Que tan dispuestos estamos a sufrir por alguien?
    Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último rincón, cuando perdemos la vergüenza , cuando los secretos dejan de serlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza.

    Cuando amamos a alguien que además de no correspondernos desprecia nuestro amor y nos lastima con su indiferencia, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le prodigamos. La cosa es clara: si no me siento bien recibido en el corazón de alguien, empaco y me voy. La misión de todos en este mundo es encontrar la felicidad, pero la real, no la que creemos que es.

    Nadie se quedaría tratando de agradar y disculpándose por no ser como les gustaría que fuera. No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame ni te comprenda, y menos aún, quién te lastime.

    Y si alguien te hiere reiteradamente sin mala intención, puede que te merezca, pero no te conviene.

    Basta...

    ResponderEliminar